La Abuela Se Niega a Aceptar al Novio de su Nieta: «Si Quiero, Lo Echo y No Lo Dejo Volver Jamás»
Camila siempre había sido muy cercana a su abuela, Penélope. Creciendo, Penélope era su roca, su confidente y su mayor apoyo. Pero las cosas dieron un giro drástico cuando Camila presentó a su novio, Luis, a la familia.
Desde la primera reunión, Penélope dejó claro que no aprobaba a Luis. Ni siquiera lo llamaba por su nombre, refiriéndose a él solo como «ese tipo». «Ese tipo tuyo,» decía a Camila, con la voz cargada de desdén. No importaba cuántas veces Camila le pidiera que tratara a Luis con respeto; la actitud de Penélope no cambiaba.
Camila y Luis llevaban tres años juntos antes de decidir comprometerse. Luis era un hombre de buen corazón, con un trabajo estable y un buen sentido del humor. Trataba a Camila con amor y respeto, y sus amigos lo adoraban. Pero nada de eso parecía importar a Penélope.
«¿Por qué no puedes darle una oportunidad, abuela?» suplicó Camila una noche después de otra tensa cena familiar. «Es un buen hombre. Me ama.»
Los ojos de Penélope se entrecerraron. «No me importa lo bueno que creas que es. Si quiero, lo echo y no lo dejo volver jamás a esta casa.»
Camila sintió un nudo en la garganta. Siempre había sabido que su abuela era terca, pero esto era diferente. Esto era personal.
Por su parte, Luis intentó ganarse a Penélope. Le llevó flores, ayudó con las tareas de la casa e incluso intentó entablar conversaciones sobre sus temas favoritos. Pero las respuestas de Penélope eran cortantes y despectivas. A menudo salía de la habitación cuando Luis entraba, dejando claro que su presencia no era bienvenida.
La tensión comenzó a afectar la relación de Camila y Luis. Empezaron a discutir con más frecuencia, principalmente sobre el comportamiento de Penélope. «No sé cuánto más de esto puedo soportar,» admitió Luis una noche. «Te amo, Camila, pero el odio de tu abuela nos está destrozando.»
Camila se sentía dividida entre las dos personas que más amaba. No podía entender por qué Penélope era tan firme en su desaprobación. Intentó hablar con su abuela, pidiéndole que explicara sus razones, pero Penélope se mantenía en silencio.
«Algunas cosas es mejor dejarlas sin decir,» era todo lo que decía.
A medida que se acercaba la fecha de la boda, la situación solo empeoró. Penélope se negó a asistir a cualquiera de los eventos previos a la boda y dejó claro que no estaría presente en la ceremonia. «No seré parte de este error,» declaró.
Camila estaba desolada. Siempre había soñado con tener a su abuela a su lado el día de su boda. Intentó una última vez cambiar la opinión de Penélope, pero fue en vano. La decisión de Penélope era definitiva.
El día de la boda llegó y pasó sin Penélope. Camila y Luis intercambiaron votos en una hermosa ceremonia, pero había una palpable sensación de tristeza en el aire. Camila no podía sacudirse la sensación de que faltaba algo.
Después de la boda, Camila y Luis se mudaron a su propio lugar, esperando que algo de distancia ayudara a aliviar la tensión. Pero la desaprobación de Penélope continuó proyectando una sombra sobre sus vidas. Se negó a visitar su nuevo hogar y rara vez hablaba con Camila.
Los meses se convirtieron en años, y la brecha entre Camila y Penélope solo se hizo más grande. Camila intentó mantener una relación con su abuela, pero nunca fue lo mismo. El vínculo que una vez compartieron estaba irreparablemente dañado.
Al final, la negativa de Penélope a aceptar a Luis le costó la estrecha relación que tenía con su nieta. Camila y Luis construyeron una vida juntos, pero el dolor del rechazo de Penélope persistió. Era una herida que nunca sanó del todo, un recordatorio del amor que se perdió.