Encontrando Paz en la Oración: Cómo Superé Mis Preocupaciones con la Ayuda de Dios

¿Conoces esos momentos en los que tu corazón se hunde porque no puedes contactar a alguien que amas? Sí, tuve uno de esos recientemente. Mi hijo, Raúl, no contestaba su teléfono, y empecé a ponerme nerviosa. Quiero decir, normalmente es bastante bueno respondiendo o al menos enviando un mensaje, pero esta vez—nada. Pasaron horas y mi mente estaba llena de todo tipo de escenarios catastróficos.

Así que decidí llamar a la madre de su amigo Antonio, Carmen. Ella suele estar al tanto de dónde están los chicos. Pero, madre mía, cómo me arrepiento de esa llamada. Carmen fue tan despectiva y fría. Básicamente me dijo que dejara de ser una madre sobreprotectora y que dejara a Raúl tener su espacio. Colgué sintiéndome aún peor que antes. Fue como un golpe en el estómago, ¿sabes? La preocupación no desapareció; solo se mezcló con una sensación de impotencia y frustración.

Fue entonces cuando me volví hacia la oración. Me senté en mi salón, cerré los ojos y comencé a hablar con Dios. Derramé todos mis miedos y ansiedades, pidiendo Su guía y protección sobre Raúl. Pedí paz en mi corazón y claridad en mi mente. No fue una solución instantánea, pero poco a poco sentí una sensación de calma que me envolvía. Era como si Dios me dijera: «Yo me encargo. Confía en mí.»

Seguí rezando durante toda la tarde, y finalmente sentí un impulso de revisar las redes sociales de Raúl. Y ahí estaba, una nueva publicación suya—estaba en casa de un amigo, sano y salvo. Simplemente se había olvidado de cargar su teléfono. No puedo ni describir el alivio que sentí.

Toda la experiencia me enseñó un par de cosas. Primero, la gente puede ser realmente insensible a veces, pero está bien porque ellos no son los que sostienen tu paz—Dios lo hace. Segundo, la oración no se trata solo de pedir cosas; se trata de encontrar esa calma interior y confiar en que Dios tiene el control, incluso cuando las cosas parecen caóticas.

Así que sí, la próxima vez que estés en una situación difícil, intenta recurrir a la oración antes de buscar a otros que quizás no entiendan tu situación. Créeme, Dios te respalda.