Encontrando Paz en la Cocina Diaria con la Ayuda de Dios
¡Hola a todos! Quería compartir una pequeña historia sobre cómo logré encontrar paz y una solución a un desafío diario con la ayuda de Dios y la oración. Todo comenzó cuando mi marido, Gregorio, decidió que no soportaba comer sobras. Sí, lo has oído bien. Cada día tenía que cocinar algo nuevo porque Gregorio no tocaba nada que no estuviera recién hecho.
Al principio, estaba súper frustrada. Quiero decir, ¿quién tiene el tiempo y la energía para cocinar una comida nueva cada día? Me sentía abrumada y agotada. Intenté hablar con Gregorio sobre ello, pero él estaba bastante firme en su postura. Así que recurrí a la oración. Le pedí a Dios paciencia, fuerza y una manera de lidiar con esta situación.
Una tarde, después de un día particularmente largo, me senté con mi amiga Juana a tomar un café. Le conté mis problemas culinarios y ella sugirió algo que lo cambió todo. «¿Por qué no le pides a Dios creatividad en la cocina?» dijo. Sonaba simple, pero fue como si se encendiera una bombilla en mi cabeza.
Esa noche, recé específicamente por creatividad e inspiración en mi cocina. Al día siguiente, sentí una sensación de calma y un estallido de ideas. Empecé a planificar comidas que pudieran transformarse fácilmente en algo nuevo al día siguiente. Por ejemplo, si hacía pollo a la parrilla para la cena, usaba las sobras para hacer una deliciosa ensalada de pollo o tacos al día siguiente. De esta manera, Gregorio tenía su comida «fresca» y yo no tenía que empezar desde cero cada vez.
También descubrí que involucrar a Gregorio en el proceso de planificación de las comidas ayudaba mucho. Nos sentábamos juntos una vez a la semana y decidíamos el menú. Esto no solo le hacía sentir más involucrado, sino que también me daba una idea más clara de qué preparar.
A través de la oración y la fe, encontré la paciencia y la creatividad que necesitaba para convertir una situación frustrante en algo manejable. No se trataba solo de encontrar una solución práctica; se trataba de sentirme apoyada y guiada por Dios en todo momento.
Así que, si alguna vez te encuentras en una situación similar, recuerda que a veces todo lo que necesitas es un poco de oración y fe para encontrar tu camino. Y no tengas miedo de pedir ayuda a amigos como Juana, que pueden ofrecerte nuevas perspectivas.