«¿Por Qué Nos Hacéis Esto? ¿Cómo Nos Arreglaremos Sin Coche?» – Savannah y Su Madre Están Indignadas
Vincent y Aria llevaban meses contemplando la idea de vender su coche. La decisión no fue fácil, pero sentían que era necesaria. Viviendo en una ciudad bulliciosa con un excelente transporte público, creían que podrían arreglárselas sin el gasto y las molestias adicionales de tener un vehículo. Sin embargo, no todos en su familia compartían su entusiasmo por este cambio.
Savannah, la madre de Aria, era particularmente vocal sobre su desaprobación. Siempre había dependido del coche para varios recados y visitas. La idea de perder esa comodidad le resultaba insoportable.
«¿Por qué nos hacéis esto?» exclamó Savannah durante una cena familiar. «¿Cómo nos arreglaremos sin coche? ¿Habéis pensado en cómo me afectará esto a mí?»
Aria suspiró, tratando de mantener la compostura. «Mamá, hemos pensado mucho en esto. Vincent y yo creemos que es la mejor decisión para nuestra familia en este momento. Podemos usar el transporte público, y siempre hay opciones de compartir coche.»
«¿Pero qué pasa con las emergencias? ¿Qué haréis si necesitáis ir a algún sitio rápidamente?» insistió Savannah.
Vincent intervino, «También hemos considerado eso. Siempre podemos alquilar un coche si lo necesitamos para una ocasión específica. No es como si estuviéramos cortando completamente nuestro acceso a un vehículo.»
Savannah negó con la cabeza incrédula. «Esto es ridículo. Estáis cometiendo un gran error.»
La hermana menor de Aria, Arianna, que había estado escuchando en silencio, finalmente habló. «En cierto modo entiendo de dónde vienen, mamá. La ciudad tiene un gran transporte público, y no es como si se mudaran al medio de la nada.»
Savannah le lanzó una mirada que podría congelar el agua. «No entiendes, Arianna. Esto es más que solo comodidad. Se trata de la familia y de poder ayudarnos mutuamente.»
La tensión en la habitación era palpable. Aria sintió una punzada de culpa pero se mantuvo firme en su decisión. Sabía que vender el coche era lo correcto para su situación financiera y su estilo de vida en general.
Los días se convirtieron en semanas, y el coche finalmente se vendió. El resentimiento de Savannah solo creció más fuerte. Se negaba a usar el transporte público y a menudo llamaba a Vincent y Aria para que la llevaran, lo cual hacían a regañadientes.
Una noche lluviosa, Savannah tenía una cita médica importante. Llamó a Aria, pero ella estaba atrapada en el trabajo y no podía salir. Vincent estaba fuera de la ciudad por un viaje de negocios. Desesperada, Savannah intentó coger un taxi, pero no había ninguno disponible debido al mal tiempo.
Frustrada y empapada, finalmente logró conseguir un Uber después de una larga espera. La experiencia la dejó furiosa y más convencida que nunca de que vender el coche había sido una terrible idea.
La tensión en su relación se hizo evidente. Las reuniones familiares eran tensas, y las constantes quejas de Savannah crearon una brecha entre ella y Aria. Vincent intentó mediar, pero sus esfuerzos fueron en vano.
Un día, Savannah tuvo suficiente. «No puedo más,» le dijo a Aria por teléfono. «Habéis tomado vuestra decisión, y ahora yo tengo que tomar la mía.»
Aria sintió un nudo en la garganta. «¿Qué quieres decir, mamá?»
«Me voy a vivir con tu hermana,» declaró Savannah. «Al menos ella entiende la importancia de la familia.»
Aria quedó atónita en silencio. Nunca imaginó que llegaría a esto. La decisión de vender el coche había parecido tan lógica en su momento, pero ahora sentía que había destrozado a su familia.
Mientras Savannah hacía las maletas y se mudaba con Arianna, Aria no podía quitarse de encima el sentimiento de arrepentimiento. Se preguntaba si realmente habían tomado la decisión correcta.