«La Madrastra Decide Enviar a su Hijastro a Acogida: Su Plan Sale Mal»

Victoria siempre había sido una mujer ambiciosa. Conoció a Gabriel en un evento corporativo y su romance relámpago rápidamente llevó a un compromiso. Gabriel era un empresario exitoso y Victoria veía su unión como un paso adelante en su estatus social y financiero. Sin embargo, había una complicación: el hijo de 10 años de Gabriel, Carlos.

Carlos había perdido a su madre en un trágico accidente dos años antes. El niño era callado, introvertido y aún lidiaba con la pérdida. Gabriel adoraba a su hijo e hizo todo lo posible para que Carlos se sintiera amado y seguro. Pero Victoria veía a Carlos como un obstáculo para su vida perfecta.

«Carlos, no tengo tiempo para esto. Necesito prepararme para la boda. Quieres que todo sea perfecto para tu padre, ¿verdad?» respondió Victoria, sin levantar la vista de su teléfono mientras Carlos intentaba mostrarle su último dibujo.

Carlos asintió en silencio y se alejó, aferrándose fuertemente a su dibujo. Extrañaba terriblemente a su madre y se sentía como un extraño en su propia casa. La fría actitud de Victoria solo empeoraba las cosas.

Victoria tenía un plan. Creía que si podía deshacerse de Carlos, su vida sería mucho más fácil. Comenzó plantando semillas de duda en la mente de Gabriel sobre el bienestar de Carlos.

«Gabriel, estoy realmente preocupada por Carlos,» dijo una noche mientras cenaban. «Parece tan retraído e infeliz. Tal vez necesite ayuda profesional.»

Gabriel parecía preocupado. «¿Tú crees? He estado haciendo todo lo posible para que se sienta amado.»

«Lo sé, pero tal vez no sea suficiente. Tal vez necesite un ambiente diferente,» sugirió Victoria.

Gabriel suspiró. «Lo pensaré.»

Durante las siguientes semanas, Victoria continuó presionando la idea de enviar a Carlos a acogida. Incluso llegó a contactar con los servicios sociales, pintando un cuadro de un niño problemático que necesitaba más ayuda de la que podían proporcionar en casa.

Una tarde, mientras Gabriel estaba en el trabajo, Victoria recibió una llamada del trabajador social.

«Señora Victoria, hemos revisado su caso y creemos que Carlos se beneficiaría de una estancia temporal en acogida,» dijo el trabajador social.

El corazón de Victoria latía con emoción. «Muchas gracias. Informaré a mi esposo.»

Cuando Gabriel llegó a casa esa noche, Victoria le dio la noticia.

«Gabriel, hablé hoy con los servicios sociales. Creen que sería mejor para Carlos quedarse en acogida por un tiempo,» dijo, fingiendo preocupación.

Gabriel se quedó atónito. «¿Acogida? ¿Estás segura de que es necesario?»

«Sí, Gabriel. Es por su propio bien,» insistió Victoria.

Con reluctancia, Gabriel aceptó. Al día siguiente, los trabajadores sociales llegaron para llevarse a Carlos. El niño parecía confundido y asustado mientras lo sacaban de la casa.

«¿Papá?» llamó Carlos, con lágrimas corriendo por su rostro.

Gabriel lo abrazó fuertemente. «Es solo por un tiempo, amigo. Volverás pronto.»

Pero las cosas no salieron como estaba planeado. Carlos tuvo dificultades en acogida, sintiéndose abandonado y no amado. Su comportamiento empeoró y se volvió aún más retraído.

Mientras tanto, Gabriel comenzó a ver a través de la fachada de Victoria. Notó cómo nunca mostraba ninguna preocupación genuina por Carlos y cómo su enfoque siempre estaba en ella misma y en su próxima boda.

Una noche, Gabriel confrontó a Victoria.

«Victoria, no puedo seguir con esto. Veo lo que has estado tratando de hacer,» dijo enfadado.

Victoria intentó defenderse, pero Gabriel fue resoluto.

«Voy a llamar a los servicios sociales mañana y traeré a Carlos de vuelta a casa,» declaró.

Pero cuando Gabriel contactó con los servicios sociales, recibió una noticia devastadora. Carlos había huido de su hogar de acogida y estaba desaparecido.

El corazón de Gabriel se hundió al darse cuenta de la gravedad de la situación. Había permitido que las manipulaciones de Victoria nublaran su juicio y ahora su hijo estaba perdido.

Los días se convirtieron en semanas y no hubo señales de Carlos. La culpa consumió a Gabriel y terminó su compromiso con Victoria.

El plan de Victoria había salido espectacularmente mal. Perdió a Gabriel, su oportunidad de una vida lujosa y lo más importante, había causado un daño irreparable a un niño inocente.

En cuanto a Carlos, su paradero seguía siendo desconocido. El niño que ya había perdido tanto ahora estaba perdido en un mundo que parecía no tener lugar para él.