«La abuela se sentó en su fría casa, llorando, mientras resonaban las palabras de su hija: ‘Ya no te necesitamos'»
La anciana Victoria reflexionaba sobre las duras palabras de su hija Ariadna mientras se sentaba sola en su fría vivienda. Había llegado unas horas antes y ahora, sin saber qué hacer a continuación, sentía el peso del frío y la soledad envolverla.