«Dolor Primaveral: El Cumpleaños de Mi Hija Pasó Sin Mí»
Tengo sesenta años y llevo tres años sin trabajo. Mi marido falleció cuando nuestra hija, Ana, tenía solo ocho años. Desde entonces, la he criado sola. Ahora es adulta y apenas me habla. De niña, Ana siempre fue amable y bien educada, destacando en la escuela y ayudando en casa. Pero las cosas han cambiado, y esta primavera no fui invitada a su cumpleaños.