«Hijo, Tendrás un Hogar. Solo Por Favor, Cuida de Tu Hermana Enferma»: Susurró la Madre
«Escúchame, hijo…» susurró la madre. Cada palabra era una lucha mientras la enfermedad lentamente drenaba su vida. Yacía en la cama, frágil y demacrada. Gregorio apenas podía reconocerla; siempre había sido alta, fuerte y llena de vida. Pero ahora… «Hijo, por favor, no dejes a Nevaeh… Ella necesita a alguien que la cuide. No es como los demás…»