El valiente paso de Marta para liberarse del abrazo tóxico de Carlos
Carlos era el tipo de persona que había adoptado la pereza y trasladado la mayoría de las responsabilidades a Marta. Un préstamo que tenía que pagar lo forzó a un compromiso temporal, pero su ética laboral dejaba mucho que desear. Después de un día de duro trabajo, Marta regresó a casa exhausta, llevando pesadas bolsas de la compra a la cocina. De repente, apareció Carlos.