Tras la inesperada muerte de nuestro padre, la desgarradora petición de nuestra madre trajo un inesperado caos a nuestras vidas. A pesar de llevar un estilo de vida saludable, nuestro padre, Benito, falleció de un ataque al corazón. En los días posteriores al funeral, nuestra madre, Susana, nos pidió a mi hermana, Sara, y a mí que renunciáramos a la herencia, alegando que era por nuestro bien. Sin embargo, mi esposo, Simón, pronto sintió que algo no estaba bien con su solicitud, descubriendo un plan que cambió para siempre la dinámica de nuestra familia.