Desde hace tiempo, Bruno nos había hablado de la cabaña familiar en los Pirineos, donde me invitó a mí y a nuestro colega, Eric, a pasar un fin de semana lleno de pesca, senderismo y disfrute del esplendor natural. Finalmente, buscando un descanso de nuestros roles gerenciales, aceptamos ir. Inesperadamente, se nos unió la prima de Bruno, Alejandra, quien nos prometió una aventura que no podríamos haber anticipado.